Un poco de historia
La historia de la cirugía posee una muy larga lista de anécdotas extravagantes, peculiares y poco ortodoxas para nuestros días.
Desde el humano primitivo, se conocen prácticas invasivas -por tanto quirúrgicas- para liberar a los enfermos de espíritus, como sucedía con las trepanaciones; o la inserción y sustitución de piezas dentarias con piedras preciosas por los mayas, (en su mayoría aplicadas con éxito); sin embargo, dadas las limitantes religioso-culturales, durante varios siglos, en varias escuelas de medicina era in extremis prohibido realizar disecciones en cadáveres.
Como la práctica de la cirugía en sí misma significa curar a través de las manos, sus precursores eran poco reconocidos y hasta catalogados como insanos. Por ello, esta ciencia tardó en ser respetada y aceptada como especialidad, hasta las últimas décadas del siglo XIX. Así que la idea de la anatomía y el funcionamiento del cuerpo humano se basaba en concepciones religiosas, filosóficas, lógicas, y el conocimiento que podían aportar las disecciones en animales.
Además, no existían nociones de antisepsia y mucho menos de anestesia. Por tanto, imaginarse cruentos procedimientos que implicarán incidir sobre órganos internos era inimaginable, no solo por el dolor ocasionado sino también por la improbabilidad de sobrevivir dada la contaminación de las heridas ocasionadas por la cirugía.
Aun así, para el siglo IV, existió un médico lo suficientemente adelantado para su época, quien alrededor de 1800 años antes -y sin contar con las herramientas técnicas e intelectuales del siglo XIX- realizaba cirugías en la cavidad abdominal aplicando asepsia (limpieza del área), empleando anestesia con plantas medicinales, e ingresando en ésta por planos anatómicos, tal como lo hace un cirujano moderno; nos referimos al médico griego Praxágoras de Cos.
¿Qué sabemos de Praxágoras?
Nace en la isla de Cos -ubicada en Grecia- cerca del año 340 (a.n.e) presuntamente. Hijo de una familia de médicos (padre y abuelo), era un distinguido miembro de la Escuela Lógica y Dogmática, y altamente influenciado por la Escuela Alejandrina. No se encuentran precisiones históricas sobre su vida personal u obras.
Gran parte de ésta se presume pérdida, relegada al silencio y desconocimiento; quizás haya sufrido los embates del terrible incendio a la Biblioteca de Alejandría o, en sentido especulativo, pudo haber sido perseguido por sus probables prácticas prohibidas de disecciones en cadáveres humanos. Por eso, lo poco que sabemos de él, proviene de sus colegas y pupilos, como Galeno, Herófilo, o Erasístrato.
Estudió ampliamente el organismo, desde aportar recomendaciones higiénico-dietéticas para los gimnastas de la época, hasta el descubrimiento y distinción entre arterias y venas acercándose por mucho a la teoría de la circulación actual.
Praxágoras, además creía que la digestión en sí misma era un proceso de putrefacción del cual debíamos liberarnos. Quizás por ello, en su afán de comprender el abdomen y su fisiología o funcionamiento, emprendió la tarea de abordar quirúrgicamente esta caja de pandora, creando la técnica de las fístulas enterocutáneas para tratar sujetos con obstrucciones intestinales, heridas por armas blancas o traumas.
A partir de allí, se destaca su contribución mas notable en el mundo de la cirugía.
¿Qué es una fístula enterocutánea (FEC)? ¿Cómo Praxágoras creó esta técnica?
En la actualidad, la definición de fístula hace referencia a la comunicación de dos estructuras corporales no relacionadas anatómicamente; entero, referido a los intestinos y cutáneo, a la piel, por un período mayor a 24 horas. Por lo tanto, está técnica quirúrgica consiste básicamente en la exposición de determinado segmento intestinal (lesionado o no viable) hacia el exterior, con el fin de depositar el producto de su contenido en dispositivos adheribles a la piel.
La intención es comunicar una víscera hueca con el exterior, de este modo la abertura u orificio recibe el nombre de estoma.
Está técnica se considera precursora de las ostomías ( en griego stomatos: boca u orificio), y no hace referencia a complicaciones quirúrgicas. Su aplicación es frecuente en alteraciones que perjudiquen el tránsito intestinal o destruyan la anatomía de algún segmento, como obstrucciones, traumas, heridas penetrantes, causas tumorales (cáncer) o congénitas, entre otras variadas situaciones y aplicaciones. Veáse la siguiente imagen:
Pero en aquella época, estas situaciones suponían un reto. Se intentaban practicas bastante curiosas para mejorarlas, con mínimo, dudoso o exiguo éxito. Desde dejar al abandono al herido hasta su muerte, hasta mantener colgado de los pies durante horas a la persona para aliviar el paso del contenido en los intestinos.
Sin embargo, Praxágoras, en su amplio conocimiento sobre la anatomía humana, realizaba intentos de este tipo de intervenciones -lastimosamente no hay evidencia histórica que demostrara la efectividad de su proceder o el seguimiento y/o mejoras que pudo desarrollar en su técnica.
Este primer cirujano de la antigua Grecia, se impuso con su osadía y conocimiento, innovando y planificando tan ingeniosa técnica. Sin Rayos X, exámenes de sangre, instrumentos quirúrgicos avanzados, estetoscopio, ultrasonido y muchas más herramientas de apoyo actuales. Lo hacía cortando cuidadosamente por planos, los músculos de la pared abdominal, hasta llegar a exponer el segmento intestinal, ligaba y cauterizaba. Fuego, sal, mirra, canela, artemisia, aloe, entre otras especias, eran utilizadas para favorecer un entorno limpio (aséptico), tanto en los instrumentos quirúrgicos como en el área; además sedaba al paciente combinando mandrágora, morus alba, quizás cannabis y otras plantas para lograr anestesia y analgesia, creando así la primera FEC de la historia. ¡Imagina la intervención quirúrgica con esas condiciones en el siglo IV!
Vigencia de su aporte
Está técnica,asentó un gran precedente en la historia de la cirugía, pero no fue hasta dieciocho siglos después, que Paracelso la retomó y se declaró convencido de su utilidad.
Quedando así demostrado que era posible manipular las asas intestinales lesionadas con la posterior supervivencia a dicha intervención.
Luego de Paracelso, ya por el año 1710, Littré mejoró la técnica y empezó a recomendarla como práctica sistemática para corregir anos imperforados.
Actualmente es una intervención que ha pasado por numerosas ediciones y mejoras, es realizada con bastante regularidad y seguridad en el mundo de la cirugía, y la cuantiosa cantidad de pacientes beneficiados por dicha técnica asciende día tras día.
La manipulación quirúrgica de las asas intestinales apertura amplios caminos de supervivencia para aquellos que siglos atrás estaban condenados a morir.
Pero hoy, en pleno siglo XXI, se refleja en el espejo de la historia, aquel hombre que sentó las bases de esta notable técnica.
Referencias
– Tsoucalas. Praxagoras of Cos (4th Century BC) and His Innovative Method of a Diverting Enterocutaneous Fistula to Relieve Small Bowel Obstruction. Surg Innov. 2019 doi:org/10.1177/1553350619834836
– Charúa. Aspectos anecdóticos e históricos de las iloestomías y colostomías. Revista médica del Hospital General de México. Vol. 69, Num 2:2006,pp 113-118.
– Sabiston. Tratado de cirugía. Historia de la Cirugía. Edición 18,2009.