Los vecindarios más pobres de EE.UU. son, en promedio, 5 grados centígrados más calientes que los vecindarios más ricos. Históricamente, la segregación racial y de clase ha sido común en grandes ciudades de EE.UU. pero la crisis climática amenaza con empeorar las desigualdades urbanas.
La segregación comienza como una política de Estado
En 1933, en medio de una crisis habitacional, el gobierno federal de EE.UU. decide impulsar un programa de construcción de viviendas suburbanas para gente blanca de clase media. Los afroamericanos y otras minorías son forzados a vivir en los barrios centrales de las ciudades. Como parte del New Deal se crea la Home Owners’ Loan Corporation (HOLC), la cual a partir de 1934 clasifica los vecindarios y crea las “zonas rojas” donde no se recomienda invertir. Al mismo tiempo, se subsidian los barrios suburbanos blancos, en los cuales se prohíbe vender inmuebles a personas afroamericanas. La razón para esta política, según la HOLC, era que si personas afroamericanas compraran casas en barrios blancos, las viviendas perderían valor por un “potencial incremento de la inseguridad”.
Con esta política, las “zonas rojas”, ya pobres de por sí, empiezan a empobrecerse más y más. La segregación y la injusticia se intensifican cada año hasta 1968, cuando se permite a afroamericanos comprar viviendas en suburbios blancos. Sin embargo, el daño está hecho y la desigualdad económica no permite que haya un cambio significativo. La segregación se ha establecido cultural y socioeconómicamente.
Los vecindarios pobres son más calientes
En un reciente estudio (10.3390/cli8010012), se han usado datos satelitates para estudiar la temperatura de los distintos vecindarios en 108 ciudades de EE.UU. Los resultados muestran que 94 % de los vecindarios en “zonas rojas” son mucho más calientes que el resto, con diferencias de hasta 7 grados centígrados.
Más altas temperaturas implican una mayor probabilidad de ser afectados por olas de calor, las cuales son cada vez más frecuentes e intensas a medida que la crisis climática avanza (10.1088/1748-9326/aab827). Las estadísticas muestran que los servicios de emergencia atienden más pacientes afectados por olas de calor en estos vecindarios.
Una de las causas del contraste en las temperaturas en una misma ciudad está en las diferencias en la cantidad de árboles. Los vecindarios pobres tienden a tener menos áreas verdes. Al haber más superficie cubierta de concreto, el calor se almacena y es reemitido lentamente. Por esta razón, las ciudades tienden a ser más calientes que las áreas rurales que las rodean.
Hoffman y colaboradores han incluido la cobertura vegetal como una variable en su investigación y concluyen que no es la única forma de explicar la desigualdad encontrada. La política de segregación de los 1930s tiene un papel importante y es una de las razones históricas de la desigualdad racial y de clase que se observa en las urbes analizadas, concluyen.
Décadas de injusticia social propiciada por el gobierno federal tuvo un efecto que aún está presente en la distribución socioeconómica de la población estadounidense. La lucha por justicia social y justicia climática se convierten en una sola en el contexto actual.