Por Pablo Rivas
Nueva y sólida advertencia del Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC). Si el pasado agosto el Grupo I del organismo —dedicado a la base científica y física de la crisis climática— instaba a los Gobiernos del mundo a tomar decisiones drásticas y urgentes para establecer “reducciones fuertes y sostenidas” de las emisiones de gases de efecto invernadero, hoy el Grupo II —centrado en los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad del planeta y sus habitantes— lanza un nuevo y contundente mensaje al mundo: “El cambio climático, inducido por el hombre, está causando perturbaciones peligrosas y generalizadas en la naturaleza y afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos para reducir los riesgos”.
El extenso documento presentado este 28 de febrero, una nueva entrega del Sexto Informe de Evaluación (AR6) del IPCC, es fruto de siete años de trabajo que comenzaron en 2015 y presenta la descripción científica más completa realizada hasta la fecha de los impactos que se producirán en el mundo con un calentamiento de 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales. El llamado del mayor panel global de expertos sobre la materia es claro: “Este informe es una advertencia terrible sobre las consecuencias de la inacción”, tal como señala Hoesung Lee, presidente del IPCC.
Por si alguien no ha entendido el mensaje, el panel científico expone que se están sobrepasando los límites para hacer frente a la crisis global y que las medidas tomadas hasta ahora han sido escasas. Lee, de hecho, es tajante: “El informe muestra que el cambio climático es una grave y creciente amenaza para nuestro bienestar y para la buena salud del planeta. Nuestras acciones de hoy darán forma a cómo se adapta la humanidad en el futuro y cómo responde la naturaleza a los crecientes riesgos climáticos”.
El IPCC cifra entre 3.330 y 3.600 millones las personas que habitan regiones altamente vulnerables al calentamiento global
Las conclusiones de la extensa investigación, que recogen y unifican la información de decenas de informes sobre la emergencia climática, advierten de que el mundo se enfrenta a “múltiples e inevitables riesgos en las próximas dos décadas con un calentamiento global de 1,5ºC” por encima de los niveles preindustriales, unos peligros que, avisan, se incrementarán a corto plazo. Además, el colectivo de científico deja claro que exceder el límite de 1,5ºC, aunque sea solo temporalmente, implica “impactos severos, algunos de los cuales serán irreversibles”.
Umbral de tolerancia
El nuevo macroinforme, segunda parte del Sexto Informe de Evaluación —a la que seguirá una tercera en abril centrada en la mitigación de la crisis climática— fue aprobado este domingo tras una sesión plenaria virtual en la que participaron integrantes de los 195 Estados miembro del IPCC desde el 14 de febrero.
El organismo exige que se tomen “medidas urgentes para hacer frente a los riesgos crecientes” y remarca que el aumento de fenómenos como las olas de calor, las sequías o las inundaciones, provocadas por la emergencia climática, “están superando el umbral de tolerancia de plantas y animales, provocando mortalidades masivas en especies arbóreas y en los corales”.
Estos fenómenos se están dando simultáneamente en todo el planeta y causan impactos en cascadas que, según indican, “serán cada vez más difíciles de manejar”.
Humanidad en peligro
El IPCC cifra entre 3.330 y 3.600 millones las personas que habitan regiones altamente vulnerables al calentamiento global. Los fenómenos que ya está causando el fenómeno ya han expuesto a la inseguridad alimentaria y de agua a millones de personas, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, en pequeñas islas y en el Ártico.
Si se quiere evitar una creciente pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructuras, “se requiere una acción ambiciosa y acelerada”, apuntan, así como recortes “rápidos y profundos en las emisiones”. Asimismo, el colectivo científico señala la creciente desigualdad del progreso de la adaptación al cambio climático y las brechas cada vez mayores entre las medidas tomadas y las necesarias para hacer frente a estos fenómenos.
“Los ecosistemas saludables son más resistentes al cambio climático y brindan servicios críticos para la vida, como alimentos y agua limpia”, ha señalado el copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, Hans-Otto Pörtner. “Al restaurar ecosistemas degradados y conservando de manera efectiva y equitativa del 30 al 50 por ciento del territorio, hábitats de agua dulce y océanos, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y podemos acelerar el progreso hacia el desarrollo sostenible, pero la financiación adecuada y el apoyo político son esenciales”, continúa.
El nuevo documento “reconoce la interdependencia del clima, la biodiversidad y las personas e integra ciencias naturales, sociales y económicas con más fuerza que las evaluaciones anteriores del IPCC”, ha señalado Hoesung Lee. “El informe enfatiza la urgencia de una acción inmediata y más ambiciosa para abordar los riesgos climáticos. Las medias tintas ya no son una opción”.
Sin solución en el horizonte
A pesar de las advertencias del IPCC, que ya en agosto fulminaba el negacionismo considerando la emergencia climática inapelable y alertaba del punto crítico en que se encuentra el clima y, por ende, la humanidad, el 2021 no trajo demasiadas buenas noticias para el clima. Episodios climáticos como la alteración de la corriente en chorro del norte, los récords de temperatura y las olas de calor vividas en latitudes septentrionales como Canadá, Escandinavia o Siberia son una clara muestra de lo que habla el IPCC.
Por supuesto, la concentración de CO2 en la atmósfera sumó nuevos récords en 2022, alcanzando las 419,13 partes por millón en mayo, siendo 350 ppp el límite considerado seguro para que el clima no se desestabilice, un umbral que se traspasó en 1990.
La decepción vivida en la última cumbre del clima en Glasgow, donde no se consiguieron los consensos más básicos para una eficiente lucha contra la crisis climática, a pesar de la urgencia del momento, fue el último jarro de agua fría para el futuro del clima.
Arrancar el problema de raíz
Para las organizaciones que forman el movimiento por el clima, el informe supone una prueba irrefutable de quién y cómo se ha producido el problema. “Demuestra la causa del problema, los combustibles fósiles hicieron esto”, apunta la directora de 350.org, May Boeve. “Pero también hay buenas noticias: sabemos precisamente cómo recuperar nuestro futuro de la industria de los combustibles fósiles, presionando a las instituciones financieras para que corten la financiación y cerrando las puertas a las grandes empresas fósiles”.
Por su parte, desde Greenpeace remarcan que el macroinforme “dibuja un panorama desolador por la gravedad de la crisis climática que ya estamos sufriendo y por lo mucho que podría empeorar la situación cuando el calentamiento interactúe con otras amenazas globales como la pérdida de biodiversidad, el consumo insostenible y las desigualdades sociales”.
Es por ello que abogan por una eliminación de combustibles fósiles y una alineación global con el objetivo de no sobrepasar los 1,5ºC, así como la protección de un mínimo del 30% de la superficie del planeta para 2030. Son objetivos claves para las organizaciones del movimiento por el clima, sin olvidar la justicia climática y la creciente brecha en la adaptación.
Decenas de organizaciones medioambientales han anunciado una nueva oleada de movilizaciones que han comenzado este domingo, coincidiendo con el anuncio del IPCC.
Publicado originalmente por El Salto Diario.