No obstante de sus peripecias financieras que han dejado graves desastres humanitarios, como la crisis alimentaria del 2007-2008, o la crisis económica mundial de la misma época, y sin importarles que el mundo enfrenta la segunda oleada del coronavirus, los ‘vampiros’ de Wall Street hunden sus pérfidos colmillos sobre el agua del planeta, al capitalizar la crisis hídrica global en el mercado de futuros (forwards).
El Nasdaq Veles California Water Index (NQH2O) es el primer marcador en la historia, que cotiza al agua como una materia prima o commoditie basado en un promedio semanal de escasez en las cinco principales cuencas californianas. Como el oro, petróleo o el trigo, el agua fluctuará en Nueva York y serán sus vampiros bursátiles, los principales beneficiaros de esta operación; pero ¿cuáles son las implicaciones directas de esta medida? ¿agravará o mitigará la actual crisis hídrica global? ¿es un paso más en la privatización global del vital líquido? ¿debemos detenerlos?
La crisis hídrica global: lo que quieren capitalizar los vampiros de Wall Street
Los vampiros de Wall Street están acostumbrados a capitalizar las grandes tragedias y crisis de la humanidad: lo está haciendo con el coronavirus y pretenden hacerlo con la crisis hídrica global, que tiene décadas anunciándose. Atendiendo una máxima capitalista, desean obtener rentabilidades de la desesperación.
Es un secreto a voces, que la crisis hídrica planetaria es producida por el modelo capitalista de desarrollo y será acentuada, de manera imprevisible, por otros dos desastres ambientales del que también es responsable directo: el calentamiento global y el cambio climático.
En el informe del 2019 elaborado por la ONU sobre el estado de los recursos hídricos a nivel mundial, se plantea la dramática situación que enfrentamos: más de 2000 millones de personas, viven en países que sufren fuerte escasez de agua y alrededor de 4000 millones, la padecen con gravedad durante al menos un mes al año; además, 3 de cada 10 personas en el mundo no tienen acceso al agua potable segura, representado un 29% de la población global total.
La demanda por el uso de agua ha crecido a una tasa aproximada del 1% anual, a nivel mundial, desde los años ochenta del siglo pasado. Para el 2050, si se mantiene este ritmo, el nivel de consumo aumentará del 20% al 30% por encima del consumo de agua actual. De manera discriminada, es el sector agrícola el mayor consumidor del agua extraída del planeta, con un 69%, seguido de la industria con el 19% y, los hogares, con el 12% respectivamente.
Este escenario de incremento de las necesidades de consumo de agua para el 2050 y del porcentaje de uso que de ella hacen por sectores, contrasta con la disponibilidad de agua en los distintos acuíferos del planeta: éstos, están siendo explotados a tasas insostenibles para su recuperación.
En el mundo, los 37 mayores sistemas acuíferosestán padeciendo distintos niveles de estrés hídricos físicos afectando, a un nivel crítico, a más de 2000 millones de personas. Destaca elestrés severo de 13 acuíferos, entre los cuales se encuentran por su gravedad, el de la cuenca del río Indus, entre India y Pakistán, la cuenca del Murzuk-Djado en el Norte de África, el Sistema Acuífero de Arabia Saudí-Yemen, y el acuífero central del Valle Californiano, en Estados Unidos ¿sabe esto Wall Street y por eso da un paso adelante en la privatización de la sed del planeta?
El mapa que se presenta a continuación, fue elaborado por la revista Mother Jones en base a un estudio de la NASA y la Universidad de California en Irvine para Water Resources Research; donde se muestra el agotamiento de las cuencas de agua en el planeta, con datos satelitales acumulados por 11 años.
Además, los datos actuales de la ONU muestran que 31 países superan el estrés hídrico físico mínimo de 25%, y otros 22, padecen estrés acuífero severo, extremo o crónico, situándose por encima de un 70% en el indicador. Las regiones más afectadas del planeta coinciden con los datos aportados por la NASA. El segundo mapa, muestra los países del mundo, discriminados según su nivel de estrés:
Existen muchos más datos que retratan la severidad de la crisis hídrica global producida por el capitalismo; pero a un nivel general, se pueden discernir otras consecuencias y/o efectos sociales, políticos y económicos significativos. Desde la migración forzada, conflictos militares y acentuación de las desigualdades, el agua, es un elemento crítico para la vida humana y la naturaleza. Cuando Wall Street decide cotizarla en el mercado de futuros, no hace otra cosa que capitalizar una tragedia y, con ello, desatar una crisis adicional sobre la crisis hídrica ya existente ¿Cuánto tiempo tardará en estallar esa bomba de destrucción masiva?
Agravando la crisis hídrica global con el NQH2O
La aparición del Nasdaq Veles California Water Index (NQH2O) como marcador de referencia, para la negociación de contratos o property rights sobre acre-pies de agua (1233 metros cúbicos) en el mercado de futuros, es una decisión de los vampiros de Wall Street que agravará la crisis hídrica global. De ninguna forma, coadyuva a la solución de ninguno de los problemas planteados por ésta, al contrario, convierte la tragedia en negocio y acentúa sus efectos y consecuencias.
Lo primero que debe entenderse críticamente, es que los famosos property rights, son un instrumento financiero derivado, cuyo precio depende de la cotización semanal del NQH2O. Éstos, se negocian a condiciones de futuro, es decir, pactando en el presente precios al que se liquidarána posteriori en una fecha determinada. Bajo este mecanismo, se supone que los granjeros californianos podrán gestionar los riesgos derivados del agotamiento de agua en la región, que impacta directamente sobre sus costos y ‘competitividad’ en el mercado.
Pero la verdad es otra, pues, el NQH2O de Wall Street, esconde otros misterios que solo conocen los más crédulos.
Los mercados de derivados financieros y de futuros, son altamente especulativos, inestables y son bombas de destrucción masiva. La experiencia con la especulación en el mercado de alimentos, produjo un alza en los precios y fue causante de la crisis alimentaria de 2007-2008 que generó una hambruna global, múltiples disturbios y protestas. Otra experiencia reciente, es la de la crisis de los subprime y demás ‘derivados tóxicos’ que desencadenaron la crisis económica capitalista mundial, y cuyas graves consecuencias aún persisten hoy ¿hará lo propio el NQH2O con el agua?
Al empezar su cotización, el pasado 07 de Diciembre, el NQH2O marcaba 486,53 dólares estadounidenses y, ya para la semana de navidad, había aumentado 3,65% para colocarse en 504,29 dólares por acre-pie de agua, según el portal del Nasdaq. Suponiendo utópicamente, que la tendencia persistiera de forma semanal, a mediados del próximo año, la cotización del agua pasaría la barrera de los 1000 dólares. Empero, esta alta volatilidad de los mercados de futuros y los instrumentos derivados esconde otro misterio, y es que como ocurre con el petróleo o el oro, existen más barriles y lingotes de papel (contratos) que las reservas y existencias físicas de los mismos. Los precios en negativo del petróleo al inicio de la pandemia del coronavirus, son una consecuencia directa de esto.
Esta alquimia financiera, es perfectamente aplicable al agua, pues, hasta ahora, a pesar de que existen algunas estimaciones científicamente comprobadas de sus niveles de existencia tanto a nivel superficial como subterránea -como el caso de las investigaciones hechas por la NASA a través de la misión GRACE- no se sabe realmente, la cantidad de agua disponible en el planeta. Si los property rights, contratos o papeles depende del marcador NQH2O que, define un precio semanal del agua por acre-pie de acuerdo a la ‘escasez’ de las cuencas californianas, pero no se sabe cuanto de ésta realmente hay, ¡Wall Street se sacó el bingo de la especulación!: se transan más papeles que agua físicamente existente, y se controla el precio global del líquido de acuerdo a los intereses de los vampiros bursátiles.
Todo el mundo sabe que California, ha vivido una sequía devastadora desde hace 8 años, que han incluido pérdidas mil millonarias para distintos sectores, especialmente el agrícola. También se conoce el estrés extremo de su principal acuífero intensificado por la industria capitalista y los estilos de vida altamente consumistas y derrochadores. El estado que tiene alrededor de 560000 piscinas, hoy sufre una grave escasez de agua y se espera, según algunas estimaciones, que para el 2060 tenga un déficit de 13 billones de galones de abasto y/o suministro del vital líquido. La siguiente gráfica, muestra los cambios de las reservas de agua californianas, en un período de 12 años:
Wall Street sabe todo esto y, como crónica de una muerte anunciada, apuesta seguro por el NQH2O ¿será porque los vampiros más grandes, como Goldman Sachs, JP Morgan, Citigroup, Black Rock y Bank of America, especialmente, van a convertir en un oligopolio el agua del planeta? Nos dicen que el índice sólo tendrá efecto en California, pero no existe ninguna restricción para que se convierta en marcador referencial global. Es más, ya con qué California -octava economía mundial si fuera un país- lo haga, tiene impacto planetario.
En resumen, la crisis hídrica global será agravada por la medida de Wall Street; pues, en el fondo, no se trata más que otra cosa que una expropiación y enajenación violenta, con perspectiva privatizadora, de un patrimonio natural y esencial para el común de la vida. Wall Street se apropia criminalmente, de la sed del planeta.
¿Es el agua el oro o petróleo azul del siglo XXI?
El agua no es ni el oro, ni el petróleo azul del siglo XXI -como maquíavelicamente dice JP Morgan, Bank of America y la gente de Citigroup- es un elemento natural profundamente fascinante y esencial de la vida humana y biosférica, que no puede ser mercancía. Por ella, discurren historias, procesos sociales, cosmogonías y visiones ancestrales de infinidad de pueblos en todas las latitudes del planeta; también ha sido motivo de conflictos militares (926 aproximadamente según el Pacific Institute) desde tiempos remotos.
A pesar de que los vampiros de Wall Street o los New Water Barons –como los llama el investigador Jo-Shing Yan- han apostado desde hace décadas, a su privatización mediante inversiones en infraestructuras hidraúlicas, tecnologías, compra de empresas hídricas y otros segmentos y, además, han logrado configurar una ‘industria’ de aproximadamente 425000 millones de dólares estadounidenses, el agua, en términos estrictos de economía política, no puede ser mercancía porque no es producto del trabajo humano.
Este axioma de la economía política científica, tiende a generar mucha confusión porque pensamos, que el agua que nos bebemos, tiene ‘valor económico’ intrínseco y que en efecto, por ella es que pagamos. Falso, lo que sí es mercancía son los procesos hidroútiles intensivos en trabajo -como afirma el mexicano Jorge Veraza- que permiten la extracción, potabilización, almacenamiento, distribución y suministro del vital líquido.
Esta cuestión es esencial para comprender la medida tomada por Wall Street. Los privatizadores han insistido siempre en que el agua es mercancía, con los más sorprendentes argumentos. Michel Camdessus, ex-director del FMI y acérrimo promotor de la expropiación privada del líquido- decía, en el marco de uno de los famosos Foros Mundiales del Agua: “el agua es mercancía simplemente porque puede serlo”; de igual forma remiten a su escasez física y dicen que ésta cuesta.
Con respecto a lo último, se aclaro que lo que cuestan son los procesos hidroútiles; pero sobre la escasez física, utilizaremos un ejemplo. El aire, es fundamental para la vida y también es escaso, no por eso es mercancía; con el agua sucede lo mismo: remitirse a su escasez, es hacer pasar una característica física del elemento para justificar, su incorporación forzada como mercancía, al campo económico capitalista. El agua fresca, corresponde a un 2,53% del total del agua mundial y, gran parte de ésta, se encuentra congelada en los glaciares, no por eso es mercancía.
Estas aclaratorias permiten revisar con un distinto enfoque, la medida tomada por los vampiros de Wall Street. Concretamente, lo que están haciendo es violentar, enajenar y expropiar uno de los patrimonios más importantes de la humanidad y la naturaleza. “El agua que te vendo, antes te la robe” como dice Jorge Veraza. No es para nada alocado decir, que Wall Street comete un crimen de lesa humanidad y lesa naturaleza.
A manera de conclusión: detener a los vampiros de Wall Street es imperativo
El NQH2O es un crimen de lesa humanidad y lesa naturaleza que debe ser detenido. El agua que somos, que seremos y que forma parte íntegra de la cultura humana y los más diversos procesos sociales y naturales debe ser garantizado para todas y todos. La preservación y conservación de las cuencas, así como detener su privatización y gestión neoliberal, en el actual contexto de crisis hídrica global es imperativo. Bolivia lo hizo en 2006; Stuttgart y Berlín, también han hecho lo propio; Canadá como potencia hidraúlica, también. Detener a Wall Street es detener una feroz arremetida del capital contra la vida: en América Latina, donde tenemos el 10% de la población mundial y el 30% de agua dulce del planeta, debemos luchar y resistir. No permitamos que los vampiros, succionen la mermada agua que resta en el mundo.